ZARAGOZA | El Real Zaragoza acaba de firmar su récord de abonados desde que contabiliza esa cifra. Y lo hace en el undécimo año consecutivo en Segunda División, cuando planea su reconstrucción. El club lo anunció antes del cierre del mercado un número histórico: 28.420 aficionados que no tardarán en ser más. Después de una ventana ilusionante y un inicio de curso prometedor, el Zaragoza no parece una apuesta a fondo perdido sino la más bonita de todas las causas.
El equipo de Escribá se explica a través de unas nociones básicas. Beneficiado por el mercado de Juan Carlos Cordero, ha entendido desde el principio las claves de la competición. Juega bien, aunque no siempre juegue bonito. Cuida los detalles, se comporta como un bloque en todas las fases del partido y le da valor a la disputa y la estrategia. Entre sus virtudes quizá falte por citar la más especial de todas: ha comprendido que su temporada no tiene sentido sin La Romareda.
Alberto Zapater dejó un último servicio en su despedida. En su adiós se creó una atmósfera propia, una magia inexplicable. El público cantó sus mejores estribillos y le brindó a su capitán la despedida más bonita jamás contada. Jorge Mas vio con sus propios ojos lo que significa el club para toda una ciudad. La respuesta llegó en el mercado siguiente, con una postura real y decidida. Los maños se mueven ahora al unísono. Y creen que el regreso a Primera División se puede proyectar desde La Romareda.
Escribá ha elegido la pausa en todas sus comparecencias. Proclama que una carrera de fondo como la Segunda División no se puede ganar en los primeros kilómetros. Y piensa también que la suerte de este Real Zaragoza depende del respaldo de toda una ciudad. El de una afición que supo dar una respuesta incondicional en los peores momentos, hasta parecer de un modo subjetivo y maravilloso la más emocionante de todos los tiempos.
El mercado se cerró y el fútbol empieza de nuevo ante el Eldense, en una de esos juegos que regresan cada domingo a la casilla de salida. Y un año más la mejor de todas las victorias se escribió en la grada.