Tres puntos más en el casillero y ante un rival de los importantes de la categoría. El Huesca, que tuvo la suerte de cara, resolvió el partido creando, eso sí, pocas ocasiones claras ante la meta rival. Máxima rentabilidad para el peligro generado. Partido difícil. El Sporting esperando en medio campo. Costaba encontrar líneas de pase para asociarse con los compañeros. Había muy poco espacio y tiempo para controlar, pasar y avanzar metros. Tampoco salíamos victoriosos en los uno contra uno. Lográbamos llegar a tres cuartos de campo, con alguna dificultad, pero no conectábamos el último pase que nos plantase delante del portero. En balones directos tampoco hacíamos daño. Mucha posesión, pero pocas ocasiones.
Parecía que el partido se iba a decantar por detalles. Y así fue. Un centro preciso de Ferreiro era peinado lo justo por Raba, para poner en el marcador el resultado que nos haría sumar los tres puntos. Tras el gol y la expulsión del jugador visitante se sufrió más de la cuenta. Nos salvaron la suerte de los palos y la buena actuación de Yáñez. No supimos controlar el partido ni defender los balones directos del Sporting de Gijón. Quizá este bajón final fue fruto del desgaste físico de nuestros jugadores.
Si me permiten, quisiera trasladarles las dudas que me genera la medular. No por la calidad de los jugadores, que es indiscutible, si no por los roles que asumen. Mosquera está teniendo actuaciones de nota, equilibrando al equipo y ofreciéndose siempre para dar salida de balón con mucho criterio. Pero Mikel Rico y Eugeni se descuelgan demasiado buscando la meta rival y dejan muchos metros entre ellos y el gallego. El nivel de ambos es indiscutible, y en especial el trabajo que hace Rico es descomunal. Sin embargo, pienso que los rivales nos pueden hacer mucho daño debido al espacio que hay entre ellos. Nos quedamos demasiado expuestos cuando perdemos el balón. No quiero decir que haya que sacarlos del once, ni mucho menos. A lo mejor la solución pasa por retrasar a Mikel unos metros. Esto es trabajo de Míchel.
Algunos, me incluyo en el saco, dicen que la suerte se busca y que llega a base de constancia y trabajo. Quizá vayan por ahí los tiros de la victoria de este domingo porque el Huesca fue el equipo que llevó la iniciativa dominando el balón. Por el contrario, el Sporting, bien replegado con dos líneas de cuatro, esperó atrás buscando salir rápido a la contra. Dos propuestas futbolísticas muy diferentes, pero ambas igual de lícitas. Si me dan a elegir prefiero ganar los partidos dominando el balón y haciendo disfrutar a la grada. A veces, como ayer, costará encontrar las grietas en las defensas rivales, pero tenemos jugadores para tener éxito jugando este fútbol.
Nueve de doce en el casillero y con un patrón de juego que se va definiendo, pero que hay que terminar de cocinar. Por delante una semana para preparar el siguiente choque en Soria. Habrá que volver a exprimirse para traer puntos a casa.