Una de cal y otra de arena. El Real Zaragoza se reencontró con la derrota, a la que ya acostumbra, este fin de semana en Granada. El resultado deja entrever de nuevo las carencias de un equipo que no encuentra un equilibrio y que acumula ya una distancia de 13 puntos con los líderes, y tan solo 5 con el Mirandés, que cierra la clasificación. Unos números que dejan una conclusión clara, el Real Zaragoza debe cambiar la dinámica si no quiere verse amenazado por el descenso.
En la Liga Smartbank, donde todo puede pasar, el equipo maño, por el momento, no plantea cambios. Si bien es cierto que todos los rumores apuntaban a una destitución inminente de Carcedo, el espejismo de la victoria en la Romareda frente al Villarreal B tapó el sabor agridulce de los 4 empates y 4 derrotas anteriores. Un espejismo que chocó de nuevo esta jornada con la llegada de la quinta derrota, aunque no definitiva.
¿Malo conocido o bueno por conocer?
Las decisiones de Carcedo dividen al zaragocismo entre los que mantienen su confianza y lo que buscan ya entre los resquicios de la competición posibles suplentes. Una temporada más el Real Zaragoza se enfrenta a la incógnita del banquillo. Otra derrota debería poner el puesto en juego de forma inminente. Las sensaciones en el vestuario son bien distintas. Los jugadores en la última victoria buscaron a su míster para celebrar los tres puntos conscientes de que estos servían a Carcedo para ganar tiempo y agarrarse un salvavidas frente a la destitución. Pero el tiempo se consume y los resultados siguen sin equilibrar la balanza.
La plantilla es otro de los asuntos por los que preocuparse. El equipo está lejos de tener un goleador diferencial que lleve la batuta de cara a portería. Además, el cuadro tampoco se sustenta en un once claro y se mantiene en la experimentación. La solución más próxima es el mercado de invierno, donde el equipo debe contemplar la salida de varios jugadores. Además, el mercado deberá servir para encontrar sustitutos que completen las carencias de un equipo sin un puzzle estable.
Con inseguridad, inestabilidad e incertidumbres cierra el Real Zaragoza, en Tenerife, el mes de octubre este viernes. Aferrados a las falsas ilusiones que pueden llegar en la futura victoria ante un rival directo. Y por otra parte, con la seguridad de que la derrota sería definitivamente la gota que colme el vaso de Carcedo. El Real Zaragoza necesita sacar su lado más competitivo antes que sea, numéricamente, demasiado tarde.