ZARAGOZA | El Real Zaragoza se juega su suerte ante el Amorebieta, en un partido que marcará el futuro de la temporada y también el lugar de Velázquez en esta historia. La prueba llegará ante el colista, en lo que siempre fue un arma de doble filo en La Romareda. En el partido se medirán la ambición, los recursos y la capacidad de reacción de la plantilla, también la respuesta de la grada ante el técnico.
En Villarreal hubo ya una señal definitiva, un cántico muy difícil de cambiar. Solo una victoria puede calmar los vientos, pero cuesta creer que mañana pueda silenciarlos. En esa carrera, se jugarán dos encuentros en uno solo: uno en el césped y otro en las gradas. Y se prestará atención al fútbol y a su banda sonora.
En el césped, está por ver si el Zaragoza vuelve a romper su línea de tres centrales. Fijo Francés, la duda reside en ver si Lluís López y Mouriño vuelven a coincidir o si sigue sin haber sitio para Jair en el equipo. Lecoeuche se recuperó a tiempo de su golpe y Francho Serrano de un principio de fascitis plantar. La lógica indica que los dos volverán a coincidir en el once.
🎥𝗝𝗨𝗟𝗜𝗢 𝗩𝗘𝗟𝗔́𝗭𝗤𝗨𝗘𝗭🔵⚪️ pic.twitter.com/CvazdBzsxQ
— Real Zaragoza 🦁 (@RealZaragoza) March 1, 2024
Enfrente estará el Amorebieta, que lleva dos años con una sola victoria como visitante. Las grandes amenazas serán Unzeta, Jauregi y Dorrio. Y el regreso de Dani Lasure en Zaragoza será siempre un aliciente. El equipo de Jandro Castro tratará de jugar con las prisas del Zaragoza, guardará su ropa, aprovecharán el fútbol directo y el balón parado. Prácticamente desahuciado, busca una victoria y un acto de fe en la temporada.
Tras un partido pastoso en La Cerámica, el Zaragoza busca su reacción particular, en una jornada en la que los resultados de los otros le vuelven a otorgar una oportunidad. Solo falta que el equipo de Velázquez empiece a acertar con los propios. Debe vencer para ello. Cambiar su cara y sus impresiones. Modificar el guion y su propuesta. Ser un equipo distinto del que ha sido hasta ahora.
Las miradas se centrarán en el banquillo y se teme que puedan apuntar al palco. En una semana sin respuesta institucional, el técnico ha torcido su gesto, se ha vuelto suspicaz y más arrogante. Si siempre se sospechó que le cuesta encajar las críticas, en el duelo ante el Amorebieta tendrá que aprender a vivir con ellas.
Julio Velázquez suele decir que todos los partidos se miran como finales. Pero la de mañana, para el técnico, será más final que ninguna otra.