El Club Voleibol Teruel vuelve a verse las caras con el Lindemans Aalst después de que ambos equipos disputaran la primera fase eliminatoria de la Champions League, donde los naranjas salieron victoriosos. La suerte ha querido que los dos conjuntos se encuentren de nuevo el miércoles día 19 a las 20:30 horas, esta vez en octavos de final de la Copa CEV.
Este será el último encuentro europeo antes de las vacaciones navideñas y es importante que la escuadra aragonesa firme un buen partido de cara a la vuelta, que será el próximo 16 de enero en el Pabellón Los Planos. Sin embargo, Miguel Rivera se mantiene cauto y señala que un buen resultado allí “no quiere decir que la eliminatoria esté cerrada” y recordaba la situación que se vivió frente al Tourcoing Lille, cuando los turolenses ganaron 0-3 en Francia, pero tuvieron que disputar el set de oro en el partido de vuelta.
Para este choque, Miguel Rivera contará con toda la plantilla, aunque sigue en duda Pablo Bugallo que continúa con molestias en la espalda. Durante la pasada jornada de liga, Rivera reservó a algunos jugadores habituales como Thomas Ereu o Balsa Radunovic que solo disputó parte del último set. Un descanso merecido, dado el ritmo de competición tan elevado al que está sometido el club.
Ambos equipos ya se conocen, saben cuales son los puntos fuertes y débiles del otro, lo que puede suponer una ventaja o un inconveniente según se mire. Los de Johan Devoghel demostraron en su día ser un equipo muy bien armado, con un ataque potente y un saque táctico que puede hacer daño a los turolenses. Sin embargo, los de Rivera supieron plantarle cara y fueron mejores en la eliminatoria, que se saldó con un set de oro en casa del rival que ganaron los turolenses.