“Es tan notable la constitución de nuestra naturaleza que terminas aprendiendo mucho más del dolor que de la abundancia. Esto no quiere decir que recomiende el camino del dolor; lo que le quiero trasmitir a la gente es que se puede caer y volverse a levantar, y siempre merece la pena volver a empezar una y mil veces mientras uno esté vivo. Ese el mejor mensaje de la vida. […] Derrotados son los que dejan de luchar”. Esta lección de vida del expresidente de Uruguay Pepe Mujica relata y ejemplifica a la perfección el sentir de cientos de futbolistas en el mundo. En Zaragoza, Carlos Vigaray se niega a dejar de luchar y cada vez está más cerca del futbolista que fue.
Las lesiones constituyen la cara amarga de cualquier disciplina deportiva. La impotencia del lesionado puede ser una gran fuente de motivación para seguir hacia delante o el empujón definitivo hacia el vacío. Desde que llegase al Real Zaragoza en julio de 2019, Vigaray ha visto las dos caras de la moneda en el fútbol. Hasta cinco lesiones musculares en año y medio que le han apartado de un total de 22 partidos de Liga. Un balance demoledor teniendo en cuanta la “breve” estancia del madrileño en Zaragoza.
Con la vitola de titular indiscutible gracias a unas actuaciones iniciales espectaculares, el entusiasmo con Vigaray se pinchó tras aquel partido frente al Lugo en La Romareda en 2019. Tras aquella lesión no hemos vuelto a disfrutar con continuidad de aquel ciclón leganense por la banda del Zaragoza. Desde entonces, su rendimiento se vio condicionado por las múltiples recaídas. Sin embargo, a Vigaray siempre se le ha esperado.
Ningún técnico del Zaragoza en este periodo de tiempo ha caído en la desesperación de ver una y otra vez lesionarse a su lateral derecho titular. La importancia que ha tenido y tiene Vigaray en la estructura de este Real Zaragoza le ha reservado siempre un hueco en el once, mientras estuviera sano. En los últimos coletazos de Iván Martínez como técnico del primer equipo y en la nueva etapa de Juan Ignacio Martínez, Vigaray ha construido la base desde la que poder alcanzar su mejor versión.
Y es que tampoco dista mucho la participación de Vigaray la actual temporada con la pasada. De hecho, cuando se alcanzaba la jornada 22 el curso anterior, Vigaray sólo había disputado diez partidos sumando 800 minutos. La actual temporada, ya suma 12 partidos jugados y 1.004 minutos. Sí que es cierto que la aportación cualitativa al inicio de la 19/20 fue mayor, pero poco a poco el de Leganés va recuperando sensaciones y sumando minutos de mucho valor.
Vigaray, un fijo en el once
Tras encadenar ocho titularidades consecutivas, Vigaray ha adelantado a su máximo competidor por el puesto esta temporada, Álvaro Tejero. El también lateral derecho madrileño ha sido una de las cabezas de turco del equipo a raíz de los malos resultado del equipo. A pesar de que Tejero tiene la capacidad de aportar más y mejor en ataque, su debilidad defensiva en varios partidos ha confirmado la necesidad de recuperar cuanto antes al mejor Vigaray. Y así parece que está siendo.
Contra el Albacete, protagonista inesperado del encuentro por cometer un penalti inexistente, continuó en su progresiva línea ascendente. Eso sí, algo menos incisivo y participativo que en encuentros anteriores. Vigaray, casi siempre bien asentado sobre el césped y aseado con balón, está siendo clave en el entramado defensivo proporcionando seguridad a sus compañeros. Principalmente a Francés –central derecho– con el que se reparten los beneficios de posicionarse correctamente y no racanear en esfuerzo ninguno de los dos.
“Estoy centrado, estoy contento. Cada vez me encuentro mejor. Las lesiones no son una cosa que ronden por mi cabeza; cuando llegan, llegan. Las intento afrontar de la mejor manera posible y sí que es verdad que ahora mismo me encuentro en una racha que estoy jugando, que me recuentro cada partido mejor. Estoy trabajando todos los días para dar mi mejor nivel y comprometido con el equipo y con la situación”. Estas palabras de Vigaray sacan a relucir el carácter de un futbolista que, a pesar de las adversidades, ha decidido luchar ante todo para, una vez más, levantarse. Todavía resta un largo camino que recorrer, pero cada partido que pasa la afición zaragocista está más cerca de volver a ver al mejor Carlos Vigaray.