Distintos. Únicos. Brutales. Con una forma de interpretar la escalada de forma muy particular. Transmiten alegría y pasión a partes iguales. Sean Villanueva y Nicolas Favresse hicieron las delicias el sábado noche en el Palacio de los Condes de la Ribagorza de Benasque. Los dos conforman una cordada espectacular, que se juntó hace 25 años. Gracias a Pasión Vertical están de gira por España. En Aragón han tenido dos citas: Zaragoza y Benasque.
Difícil poner en palabras la catarata de sentimientos, la forma en la que entienden la aventura. La gira con sus dos documentales – Sean con su impresionante travesía por el Fitz Roy– y Nicolas -con su Trilogía alpina en compañía de Seb Berthe- conforman un espectáculo que es un soplo de aire fresco.
La música es hilo conductor de los dos alpinistas. Los dos tocan en directo. Sean la flauta irlandesa por su ascendencia materna y Nicolas una guitarra pequeña. Los dos contagian desde el primer instante a un público entregado y ávido por conocer de primera mano su forma de entender la escalada. En Benasque no faltó ni el flotador flamenco rosa que acompañó a Seb Berthe, compañero de Nicolas Favresse, en la Trilogía Alpina. Y si las vías Silbergeier, Des Kaisers Neue Kleider y End of Silence no son precisamente sencillas hacerlo con un flamenco a la espalda es, como poco, llamativo.
La Travesía del Fitz Roy en Patagonia, la The Moonwalk Traverse que hizo Sean Villanueva en solitario, es un hito del alpinismo. El belga aprovechó una ventana de buen tiempo y en seis días encadenó nueve picos.
¿Y dónde está la clave de su forma de entender la escalada? “Si Gullich dijo que el músculo que más hay que ejercitar es el que hay entre las orejas, yo creo que es el que hay en el pecho”, afirmó Villanueva.