A Bernardo Vital le favoreció la primera impresión. Sin casi referencias de su pasado, en sus primeros partidos pareció un central líder, optimista en boca de Ancelotti, con capacidad para jugar la pelota desde atrás y defender alto. Su comparación con Francés fue atrevida, desacertada a ojos del tiempo, quizás por la necesidad que tenía el zaragocismo de poner una tirita a la herida que abrió la salida del canterano. A la temporada del portugués le acompaña una peligrosa condición: si tuviera que escoger a un futbolista para definir el curso del Real Zaragoza, posiblemente le elegiría a él.
De más a menos, Vital busca una tregua en su fútbol, un respiro que le devuelva el jugador que fue hace tan solo unos meses. La respuesta tiene un principio y un fin que lo cambia todo: los resultados. Asentado en la línea de tres, su titularidad en estos momentos responde más a una sucesión de errores de planificación, a la carencia de un futbolista de su perfil. Sin demasiados argumentos para sostenerla, ese sector derecho volvió a sufrir en Albacete, en una escena que también dejó en mal lugar a Calero.
Con Vital ocurre algo extraño: es más un debutante ahora de lo que lo fue al principio. Sin el ángel que marcó sus comienzos, su sanción en Huesca pareció crear un punto de inflexión, ser el primer paso de su caída. Desde entonces, su fútbol no se ha vuelto a imponer con la misma solvencia, hasta su conexión con La Romareda está más resentida que nunca.
Su escenario no ha cambiado
Preso del escenario, el último tiempo con Víctor sirvió para descubrir sus carencias, para conocer sus peores registros. Antes, el otoño había empezado a desnudarle. Perdidas sus señas de identidad, su situación no ha variado mucho con Ramírez. Más protegido desde la llegada de Arriaga, si a la espalda al principio demostró ser el mejor corrector de todos, luego en cada carrera han chocado sus intenciones.
Descuidado en general, la asimetría del Zaragoza le coloca muchas veces en un lugar nuevo para él: el lateral derecho. Y aunque le permite más licencias, su presencia en ese punto parece una solución de emergencia ante una sangría que no cesa. Vital es cómplice y testigo de una de las reglas que marcan este juego: no por concentrar más futbolistas de perfil defensivo vas a defender mejor.