Bernardo Vital hizo pie en el Sardinero, a pesar de la derrota, después de meses de caída. Si en el estreno de Gabi, el portugués pareció un central más entero, ante el Racing jugó un partido serio, firme en la mayoría de lecturas. Su temporada, en un punto de difícil retorno tras el paso de Ramírez, parece empezar de nuevo con Gabi en el banquillo: el madrileño le ha devuelto la titularidad y la escena vuelve a pertenecerle.
En la campaña de Vital chocan las dos caras de la moneda. Referente al principio de los tiempos, la segunda mitad del curso ha enseñado un arsenal de carencias con el que no contábamos. En Santander encontró la forma de expresarse a través de las emociones y el rigor, provocó que Arana viviera en su sombra. El portugués ganó en el fútbol y también en la mente, en la representación de que algo ha hecho clic en su cabeza.
Vital buscaba un punto de inflexión en la desgracia, un lugar sobre el que amortiguar la caída, y ambos los ha podido encontrar en Santander. Si su momento de forma pedía el menor número de innovaciones posibles, Gabi le ha entregado el manual del pragmatismo en la mano. Y en ese contexto demostró que puede ser un central fiable en el tramo más importante del curso.
Vital lidera la red de seguridad de Gabi
Muchos motivos explican el devenir del año del Zaragoza, pero pocos son tan firmes como la ausencia de una columna vertebral. En dos semanas, Gabi ha encontrado una estructura sobre la que asentarse y en Vital y en Jair a dos buenos exponentes de su discurso. Aunque el caboverdiano estropeó con un error imperdonable un encuentro de notable, la red de seguridad del Zaragoza parece ya escrita.