La catalana Nuria Castán (Reus, 1997) ha vuelto a la estación de esquí de Cerler. Esta temporada es local en el centro invernal ribagorzano. Vuelve a su patio de recreo con el objetivo de ganar el Freeride World Qualifier (FWQ), la antesala del Freeride World Tour (FWT). La rider es quien abre huella en la categoría snow. Encabeza el ránking tras vencer en la competición de 4* disputada en la estación de The Remarkables, en Nueva Zelanda. La entrena uno de los precursores de la tabla en el Valle de Benasque, Narcis Vila. Conforman un tandem con el objetivo de cerrar una temporada de ensueño conscientes de que la empresa no es nada fácil: al FWT solo pasa una. Se puede fallar, pero lo justo. Y van a por todas. Solo participarán en las ‘competis’ de 4*, las máximas. Las que más puntos dan, las que menos fallos permiten.
Y la competición es sencilla. Tan sencilla como difícil. Básicamente es buscar la mejor línea posible desde la cima de una montaña hasta la meta. Y sin dudar. Nada de pararse para ajustarse el casco o buscar el camino más correcto. El trabajo se hace antes. Se analiza la montaña, se decide la línea, se intuyen dónde están los saltos, dónde hacer los mejores trucos y se desciende. Su próxima cita es en Les Arcs. Conoce el territorio y le trae buenos recuerdos. Allí ganó la temporada pasada. “Ahora tengo cuatro competiciones y la verdad es que con muchas ganas y mucho positivismo”, afirma.
Su relación con la estación de Cerler se gestó desde muy niña. Empezó sobre esquís a los tres/cuatro años. Y su deseo era el de bajar rápida por las pistas. Luego llegó el cambio a la tabla, cuando tenía 8 años, como “curiosa que soy”, precisa, y también a conocer otras estaciones, pero el centro ribagorzano ya la había cautivado. El cóctel de pistas verticales, terrenos más que suficientes para buscar líneas exigentes frente a la mayor colección de ‘tresmiles’ del Pirineo sirvieron de imán. “Soy polivalente y todo terreno por lo que aquí estoy genial”, desliza.
Y esta temporada entrena de la mano de uno de los precursores del snow en Cerler. Narcis Vila es de esos montañeros con nombre propio. Catalán como Nuria se afincó hace ya unos años en el valle desde donde opera, además, la Compañía de Guías de Benasque, que es pura élite en el mundo de la montaña. “Nuria tiene un gran potencial. Puede practicar todas las disciplinas que se le pongan por delante. Es una chica que estudia en la universidad, trabaja y esto implica que el nivel de los entrenamientos sea muy apretado. Siempre vamos con el tiempo justo”, explica.
Y es que el mundo del freeride no solo es duro por la competencia y la exigencia, también porque carece de una federación, de becas que amortigüen los altos costes que supone participar en un circuito como el del FWQ o el del FWT. En esto, las firmas que patrocinan a la rider son vitales. Además de Head –donde Nuria hace prácticas de diseño gráfico-, la estación de Cerler, Ajuntament D’Almoster, Osteo Benas, Sinner, Wearcolour son algunos de sus patrocinadores a los que la semana pasada se unió Mammut Swiss 1862 y que suministrará a la rider todo el material de seguridad y complementos necesarios para los entrenamientos y las competiciones en Austria, Francia, Suiza, Andorra y Nueva Zelanda.
Y entrar en el FWT –es una empresa quien organiza el circuito- solo está al alcance de los mejores donde cualquier fallo penaliza al máximo. La clasificación final se alcanza con los tres mejores resultados que la rider obtenga del calendario en el que compita. Y allí se valora no saturar el desgaste que supone, tanto físico como económico, participar en muchas pruebas por lo que se encaminan a las que más puntos dan. “Nos interesan pocas, pero hacerlas bien”, subraya Narcis Vila.