Tras una brillante temporada pasada en la que el CV Teruel se proclamó campeón de la Superliga, la Copa y la Supercopa, los naranjas vuelven a la Liga de Campeones después de tres cursos fuera de la competición por falta de financiación privada. Su regreso llega en un momento de moral muy alta en el equipo, que el pasado sábado alzó su séptima Supercopa. Sin embargo, el presidente del club, Carlos Ranera, asegura que “el grupo está muy precavido” en este tipo de competiciones europeas por el alto nivel de exigencia.
Los turolenses se medirán mañana ante un rival completamente nuevo para ellos, el Lindemans Aalst, que llega como campeón de la Copa belga y como tercer clasificado en la liga de su país. Además se trata de un veterano en la competición europea, en la que participa por octava vez consecutiva. “No nos hemos enfrentado nunca con ellos – señala Carlos Ranera – aunque sabemos que es un equipo fuerte”. El partido, que tendrá lugar a las 20:15 horas en el pabellón de Los Planos, será el primer encuentro de la fase eliminatoria, cuya vuelta se celebrará el próximo 17 de octubre en la ciudad de Aalst.
En caso de salir victorioso, el CV Teruel todavía tendrá que deshacerse de dos rivales más antes de acceder a la fase de grupos de la Liga de Campeones. El siguiente contrincante para los naranjas saldría del choque entre el Chaumont francés y el Viking Tif Bergen noruego.
Por otra parte, aunque el CV Teruel fuera eliminado de la Champions, no tendría que despedirse necesariamente de Europa, sino que pasaría a otras competiciones de categoría inferior como la Copa CEV o la Challenge Cup, en función de las rondas previas superadas.
Desde dentro, las sensaciones antes del partido son buenas y el presidente del club asegura que el grupo se encuentra “muy cohexionado”, algo que considera de vital importancia a la hora de competir. “Prácticamente es el mismo equipo que el año pasado, se conocen mucho y eso se nota en la pista”, apunta Ranera.
El regreso del CV Teruel a la máxima competición del continente europeo ha sido posible gracias a la inyección de 30.000 euros que aportó la Caja Rural como patrocinador del equipo. Este dinero se destinará a costear los gastos de organización y desplazamiento de los jugadores.