14 de marzo de 2015. Un joven de diecinueve años debuta con el primer equipo del Real Zaragoza del por entonces entrenador blanquillo Ranko Popovic. Un chico rubio, bajito, con un desparpajo y un descaro poco habitual para su edad, debutaba con el equipo de su ciudad. Tras el partido, el centrocampista aseguraba que “es un sueño poder debutar con la camiseta del equipo de tu ciudad”, a lo que añadía: “He intentado hacerlo lo mejor posible y ayudar al equipo en todo lo posible”.
Debutaba por aquél entonces Sergio Gil, el que parecía iba a ser la nueva joya creada en la Ciudad Deportiva. Un joven talentoso, que lo dejaba todo por el equipo de su ciudad. Canterano de pro, disputaba su primera temporada con el filial zaragocista tras su periplo por el División de Honor Juvenil cuando Ranko Popovic le hizo debutar con ‘los mayores’.
Todo pintaba genial, pero sus agentes decidieron tergiversar la realidad y hacerle creer al canterano que su futuro debía estar lejos de la ciudad de Zaragoza. Tras diecisiete partidos jugados con la camiseta de su club, el jugador se declara en rebeldía. En el verano de 2016, el jugador se niega a reconocer el contrato renovado automáticamente por la entidad blanquilla, lo que provoca que no participe de la pretemporada, llegando a negociar con clubes como el Olympique de Marsella o el Mónaco.
Sergio Gil, al CD Lugo
Tras un verano plagado de runrún constante acerca de sus posibles fichajes, acaba firmando en la última hora de mercado por el CD Lugo, equipo de la misma categoría que el Real Zaragoza. En el club lucense llega a disputar un total de 67 partidos, en los que hace dos goles. Aún así, no se encuentra cómodo en la ciudad gallega por lo que, este verano, decide zarpar hacia el sur.
Así pues, en Almendralejo parece haber encontrado su sitio Sergio. Lo que prometía y lo que ha llegado a ser por la poca cabeza de todos. Primero de los agentes, por revocar un contrato que, oficialmente, se renovaba a la siguiente campaña. Segundo, del jugador. Por primar el ruido de los grandes clubes antes que jugar en su ciudad donde, por cierto, habría tenido un sitio asegurado.
Similitud con el ‘Caso Pombo’
El de Sergio Gil ha sido uno de los casos más sonados y polémicos de la actualidad zaragocista en el último lustro. Unos agentes hicieron que un jugador querido por la hinchada zaragocista pasara a ser uno de los más odiados por una supuesta traición. Y Jorge Pombo parece que, poco a poco, iba tomando el mismo camino.
Por suerte, parece que el del atacante zaragocista no va a ser un caso similar al del ahora jugador extremeño. Ojalá Jorge Pombo no sea el nuevo Sergio Gil y se quede en Zaragoza por mucho tiempo.