El partido del pasado sábado deja bastantes grises. Y grises oscuros. Pero de todos esos grises se puede sacar algo en claro. Por lo menos, a mí personalmente me ha dejado varias cosas muy claras. Por ejemplo, porqué estamos ahí arriba.
Los más agoreros, los menos soñadores, consideran encadenar dos derrotas como un fallo imperdonable, como algo que cambia un ciclo. Incluso alguno se habrá parado a pensar que el objetivo es el ‘playoff’. Hace dos temporadas, esos mismos agoreros nos veían en Segunda ‘B’ al descanso de aquel Huesca-Almería. Esa misma temporada acabamos duodécimos. No hace falta ponerse a vaticinar tanto. Nada de cuentos de la lechera. Somos la SD Huesca.
Sobre el partido hay poco que hablar. Menos aún si pretendemos hablar de cosas buenas. La plantilla es demasiado corta, hay posiciones cuyos sustitutos no dan la talla del líder y ganar fuera cuesta lo que no está escrito. Pero no olvidemos dónde estamos. Esto, señores, esto es la Segunda División.
Puestos a criticar, pongamos nombres. Carlos David no está y Rubi lo sabe. Que le quite antes que a Íñigo -un jugador veterano que acumulaba dos minutos en Liga- es una declaración de intenciones. Más aún habiendo sido capitán el año pasado, dando un nivel más que respetable y llegando a los 100 partidos con la elástica azulgrana. De Rescaldani casi prefiero no hablar.
“Toca resucitar y hacer más hueco en el barco, que los agoreros son de retractarse rápido”
La mala suerte típica del Huesca con los delanteros también vino esta temporada, en forma de tanque argentino. Pero, dado que no ha dado nunca más de lo que ofreció en Vallecas, no podemos reprocharle nada. Solamente podemos estar seguros de que no defiende el escudo como éste lo merece. Pero allá él. Allá ellos. Yo no me bajo de este barco ni loco. Y luego explicaré por qué.
¿Tenemos una mala racha? Ojalá. Así lo digo, ojalá. Ojalá nuestra mala racha sea pelear como lobos hambrientos con uno menos ante uno de los equipos más potentes ofensivamente de la categoría. Ojalá nuestro mal momento se haya continuado perdiendo en el campo del segundo clasificado con 5 titulares fuera de la convocatoria por diversos motivos. Y digo ojalá porque ambos partidos podían haberse perdido en el buen momento. Si teníamos que perder algunos, que fueran éstos. Lo habría firmado hace dos semanas. Ahora toca resucitar ante el Almería y hacer más hueco en el barco, que los agoreros son de retractarse rápido.
Mientras tanto, sigamos ahí. Al pie del cañón, 6 puntos sobre el primero que no asciende directamente. A 8 puntos de nuestra mejor clasificación histórica. Aguantando todo lo que viene. Aguantando lesiones de jugadores clave, aguantando críticas, siendo “el equipo de Tebas” y cayendo derrotados ante grandes rivales. Sigamos ahí, llevando este sentimiento a lo más alto. Defendiendo el escudo pese a que todos lo quieran manchar. Respetando hasta al más pequeño porque nosotros lo fuimos una vez. Siendo 500 que animan pese a perder 3-0. Siendo sinceros, soñadores y dando tanto apoyo a los jugadores como júbilo nos dan ellos partido a partido. Sigamos ahí, en la cima de la clasificación. Y sin vértigo.