Alberto Zapater y Javi Ros, capitanes del Real Zaragoza, en la mala situación que está atravesando el grupo es cuando más tienen que levantar la moral del equipo. Desde la vuelta al fútbol, hace cinco meses, los blanquillos solo han sumado cinco victorias en dieciocho partidos, convirtiéndose en el peor equipo después de la pandemia.
Los capitanes zaragocistas, ya recuperados de su lesión de rodilla, regresaron al once titular en el debut de Iván Martínez en el banquillo zaragocista con la vuelta del rombo. En la derrota frente al Real Oviedo, Alberto Zapater y Javi Ros partían por primera vez como pareja titular en la línea del centro del campo para aportar experiencia y solidez.
Desde el comienzo de LaLiga, Zapater y Ros han estado en el punto de mira. La adaptación de ambos no es la esperada por los seguidores blanquillos, lo que ha llevado a abrir un debate en redes sociales. Una parte de la afición, confía en su figura tanto en el césped como la de un pilar fundamental en el banquillo. El resto de los seguidores, desconfían del nivel, ya que en vez de aportar, restan a un Real Zaragoza al que le cuesta jugar en campo contrario.
¿Continuidad o banquillo?
Javi Ros ha jugado 626 minutos en todos los partidos de Liga. El tudelano ha ido de menos a más en los encuentros adaptándose al nivel de la competición. En momentos duros, la figura del capitán es cuando más debe aparecer y el centrocampista en más de una ocasión ha explicado que el equipo está capacitado para ganar. La plantilla del Real Zaragoza está centrada exclusivamente en lo deportivo para salir de esta mala racha. Aunque, uno de los papeles del ’10’ zaragocista es alejar al equipo de cualquier ruido mediático.
En el caso de Alberto Zapater, solo ha jugado 177 minutos en cuatro partidos. El ejeano ha tenido más dificultades para volver al once. Sin embargo, su papel desde el banquillo ha sumado al rendimiento de los cambios de Rubén Baraja e Iván Martínez. A parte del juego, el mensaje y la unión del grupo es lo más importante. Zapater, las veces que ha intervenido en el césped, ha aportado generosidad, garra y sentimiento para echarse al equipo a la espalda en una situación crítica para el Real Zaragoza.