La revolución invernal de Miguel Torrecilla se proyectó en la media. Durante un tiempo pareció que había acertado de pleno en ese lugar del campo. Jaume Grau mostró su oficio y sus detalles. Y, de manera sorprendente, le añadió dos goles a su inicio en Zaragoza. Su zurda mejoró a través del fútbol generoso de Francho Serrano, capaz de romper el cuentakilómetros de los partidos. También Petrovic se convirtió en una pared maestra, a través de su liderazgo y su lectura táctica de los partidos.
Lo que sucedió es que las desgracias se concentraron precisamente en esa zona y los tres jugadores no han coincidido desde el triunfo ante el Almería. Un problema cardíaco apartó a Jaume Grau, una lesión muscular dejó a Francho Serrano fuera en su mejor momento y una contractura en la zona lumbar tumbó a Petrovic. Jaume Grau regresó ayer a la dinámica de grupo de un modo inesperado. Francho Serrano se resintió de su lesión cuando parecía preparado para volver y la recuperación de Petrovic va por un raíl más lento.
Para el duelo ante el Girona, JIM ensaya con la experiencia de Zapater, Eugeni o Vada. Y contempla también la opción de Sergio Bermejo, que ha mejorado su cara en la segunda vuelta. Mientras tanto, rehúye las opciones y novedades que ofrece la cantera.
El equipo aragonés se medirá el domingo a un equipo al alza, que llega en su mejor punto del año. A siete puntos del playoff sus jugadores dicen no renunciar a nada. Para el domingo confían en un atributo especial de su historia: el Zaragoza siempre pareció mejor equipo ante los fuertes. Y el Girona ha cambiado su traje más perezoso del inicio por el de un sólido aspirante. Para moderar la racha de los de Míchel Sánchez y su fútbol en tres cuartos, JIM prepara su fórmula de las últimas jornadas. Una vez más, el técnico tendrá que rehacer el solar de su media.