El Alcoraz volvió a ser El Alcoraz. Tras mucho tiempo, me remitiría al Huesca-Deportivo del estreno de Míchel, no se veía una comunión tan grande entre la grada y el equipo. ‘Cuco’ ha entendido lo que quiere la afición y la hinchada perdona la falta de calidad por la entrega. Tanto fue así, que los ‘Alcorazados’, secundados por muchos otros, cantaron por primera vez a Ziganda. Unos cánticos que agradeció el entrenador “Si la gente está contenta conmigo, yo contento”.
La sintonía llegó tras un 3-0 a un Levante lanzado, que llevaba 20 jornadas invicto. Sin embargo, la racha del Huesca en casa es de récord, a sólo un partido del equipo de Rubi que enlazó 15 encuentros. Derroche de facultades, estrategia (por fin) y un Andres imperial. Solo sabremos lo que tenemos cuando el murciano se vaya del equipo oscense, pero sus manoplas confirman cada día que es el mejor o de los mejores partidos que han pasado por El Alcoraz.
La pizarra de Ziganda no había funcionado en toda la temporada, pero con buenos lanzadores el cuento cambia. Sielva y Marc Mateu pusieron dos servicios que las cabezas de Florian y de Pulido agradecieron. El del capitán llegó 126 córners después. El balón parado da en Segunda un 40% de los goles y ese era el principal debe del Huesca como local. El tercero llegó gracias a otro cabezazo, en este caso de Juan Carlos que aprovechó una asistencia de Valentín. Un delirio de goles que la afición celebró como lo hacía no hace mucho tiempo, en aquel irrepetible lustro de oro.
54 partidos más
Ziganda firmó para hacer un proyecto a 84 partidos y ya ha consumido sus primeros 30. En los próximos 54 tiene que seguir el guión marcado ante el Levante: serios en defensa y concretos en ataque. Poco pide El Alcoraz además de la entrega y de eso se tiene que encargar Pulido y los capitanes, que mantienen el espíritu del mejor Huesca. No veremos el fútbol preciosista de Míchel o el espectáculo de Rubi, pero este equipo puede enganchar de nuevo a la afición, para muestra un botón.