HUESCA | Ziganda no se ha escondido en la rueda de prensa y ha sido claro cuando se le ha preguntado por los cánticos de parte de la grada en su contra cuando el Huesca perdía contra el Villarreal B. “Lo he escuchado y es duro, pero es fútbol. No me gusta, pero no me va a afectar”. Y siguió así en su entrecomillado, con énfasis tranquilo y también con cara de preocupación: “No es bueno para mí, y tampoco es bueno para el entrenador”. El técnico de la SD Huesca subrayó que la primera parte del Huesca contra el filial del Villarreal fue mejor que la segunda cuando se habla de fútbol. “Ha sido mejor la primera parte, hemos estado más aseados y llegadas con sentido y nos hemos ido perdiendo 0-2; en la segunda hemos ido más con el corazón que con la cabeza”.
El partido se desdibujó con el error de Álvaro. En este sentido, dijo que no había hablado aún con el portero, pero que seguro estaba “dolido” por ese fallo. En este sentido, y aunque no se escudó en que sea el principal argumento para entender por qué no gana su equipo, reconoció Ziganda que los errores individuales son propios del fútbol y que es un trabajo a mejorar.
Puestos a extraer un punto positivo del encuentro: la celebración del gol del empate. Esa piña formada por toda la plantilla del Huesca le sirve al navarro como palanca para que el equipo crezca. “Ha sido importante esa celebración, porque a partir de allí se puede construir”.
Que poca vergüenza. Por mucho menos yo ya me hubiera ido el año pasado, pero claro, te entiendo, ¿a donde vas a ir? ¿a Lezama? ¿al Tajonar?. En fin, hay una cosa que se llama dignidad y coherencia. Tu mismo, pero, lo siento, no sabes cambiar nada y tu miedo lo contagias a todo el mundo. Pacheta, con este mismo equipo, se comería el campo, tu no.
Totalmente de acuerdo en que este entrenador no va a cambiar nada. No es de recibo, aparte de muchos otros aspectos técnicos, ir perdiendo por 2 a 0 en tu estadio y no presionar como si no hubiera un mañana. Si le añades el detalle de seguir contando con Kanté para remontar, poco más hay que añadir. El crédito de Ziganda está más que agotado. Solo resta apostar por cuántas jornadas le quedan en el banquillo, que todo hace pensar que van a ser demasiadas.