El Real Zaragoza le venció al Sanse en el baile de fin de curso. Marcó pronto, cuando Bermejo encontró el atajo del partido entre las piernas de Clemente. Resolvió Azón y Vada amplió la distancia antes del descanso. En la segunda mitad, La Real Sociedad B puso el juego y las intenciones, pero solo encontró el remate contundente de Ander Martín. El resto del tiempo no hubo fútbol, solo tregua.
Álvaro Ratón (6): No hizo las acciones más académicas, pero resolvió casi todo a su manera. Ante el disparo de Martín, no hubo posibilidad de réplica. Por lo demás, no mostró lagunas ni fisuras. Sobria despedida.
Fran Gámez (6´5): Progresó por la banda, fue profundo y añadió a sus registros una nueva asistencia. En el área no resolvió acciones que serían gol en otras botas. Se le nubló la vista y quiso rizar el rizo.
Alejandro Francés (7): El partido describe otra vez su temporada. Corrió y llegó a todos los balones. En su fútbol no hay dudas, solo una seguridad insultante y miles de certezas.
Lluís López (5): Se despista y se pierde con frecuencia. En ataque, protagonizó alguna acción de mérito, pero esa no es su guerra.
Pep Chavarría (6): Ha aprendido a ser discreto y cuidadoso en la marca y en el juego. Le faltó presencia en ataque pero ha ganado recursos en defensa.
Radosav Petrovic (4): JIM le tiene una fe inquebrantable. Juega a cámara lenta, como si en su fútbol nunca hubiera carrera. Si una vez fue una pared maestra, ahora se le ven algunas grietas.
Jaume Grau (4): Más tímido, la compañía de Petrovic le hizo perder frescura y presencia en el juego. Se pisaron las huellas y el valenciano nunca encontró su sitio.
Valentín Vada (6´5): Cuando pisa el área es otro jugador. Aparece por sorpresa y se convierte en una referencia para sus compañeros. Ante las facilidades del Sanse, dio la impresión de que todos querían que marcara. Lo consiguió a la tercera oportunidad.
Sergio Bermejo (7´5): Ha llegado al tramo final de la competición en su pico de forma. En el primer gol, utilizó su talento y su ingenio para salir del laberinto. Dejó a Clemente con el molde y a Azón solo ante la portería.
Sabin Merino (5´5): Su mejor partido no fue nada del otro jueves. Le faltó instinto en el área y confianza en su remate. Disparó una vez y dejó pasar el balón para el gol de Vada.
Iván Azón (7´5): Marcó a los 50 segundos de partido, en un remate que mostró toda su elasticidad y su fe. El resto del tiempo aglutinó el juego. Tuvo todo a favor para marcar el segundo, pero se encontró con la sombra de Ayesa.
Cambios del Real Zaragoza:
Juanjo Narváez (4): Esperar algo distinto de una temporada mediocre era algo arriesgado. El colombiano ofreció unos registros parecidos: más de lo mismo.
Dani Lasure (6): Verle jugar es una alegría. Frente al Sanse progresó, mejoró en la toma de decisiones y superó la tensión emocional del primer día.
Álvaro Giménez (5): Es mejor jugador en compañía de Azón, pero JIM le utilizó en su sitio. Hizo una jugada bonita y poco más en el resto del tiempo. En su favor puede haber un consuelo: entró al partido en el peor de los contextos.
Eugeni Valderrama (5): Camina más de lo que corre y trota mucho más de lo que esprinta. Con el balón en los pies ilusiona, pero entre tanto desgasta verle.
Alberto Zapater (SC): JIM le ofreció un descuento como regalo. Está por ver si será también una despedida.
Entrenador:
Juan Ignacio Martínez (5): No se traicionó a sí mismo y prescindió de las opciones de cantera que guardaba en su banquillo. Fiel a su vieja guardia, el partido lo resolvieron otros. Azón encarriló el encuentro y el Zaragoza pudo marcar mucho más en la primera mitad. En la segunda, todo empeoró. El técnico dejó sin vestir a Francho Serrano o Miguel Puche y le regaló a Alberto Zapater una última balada. En su despedida, eligió ser JIM y no ningún otro. Para bien o para mal, ese será el mejor resumen del curso.