Sumido en una crisis económica profunda, el Independiente quiere sacar tajada de la contratación de Gustavo Silva por el Huesca. Ha demandado al club altoaragonés por ocho millones de dólares. Y no solo eso. También un impedimento para incorporar jugadores por dos mercados. El Independiente considera que la petición de la carta de libertad del jugador estaba injustificada, según adelanta el diario Olé.
El jugador rompió su relación con el club argentino el pasado 26 de mayo por el impago de su contrato. Sin embargo, la entidad defiende que iba a satisfacer las deudas contraídas con el defensa, así como con otros jugadores de la plantilla.
Por su parte, el Huesca era consciente de que iba a llegar «ruido» desde su anterior club, dispone de un certificado de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino) por la que el jugador podía fichar por cualquier club y de hecho se ha cubierto las espaldas con una cláusula por la que la relación con el jugador quedaría rota en caso de que todo se complicara.