Juan Carlos Carcedo ha dirigido el último partido del Real Zaragoza muchas veces. Mientras la afición espera que la derrota de ayer ante el Alavés sea la última, el periodismo se fija en los pequeños detalles para corroborarlo. El técnico apareció vencido y triste a su comparecencia, derrotado por un equipo que fue mejor de pe a pa, sin importar que jugara una hora con un futbolista menos.
Al terminar el encuentro, se alteró el orden de salida de los técnicos y eso provocó las suspicacias de los corresponsales. El protocolo establece que la primera comparecencia sea del equipo visitante y ayer fue Luis García Plaza el que apareció primero. Carcedo lo hizo más tarde, pero no le dio importancia a ese cambio de guión. Su rueda de prensa no fue una despedida, más bien una prolongación de su discurso de siempre.
El Real Zaragoza cayó con claridad ante el Deportivo Alavés. Sometido en el fútbol y en las formas, solo Giuliano Simeone planteó un panorama distinto. Entusiasta e incansable, miraba al resto después de buscar un centro y de pelear contra todas las suertes. Está solo en el juego, sin nadie que acompañe un fútbol que es mitad carrera y mitad corazón. Al técnico, sin ir más lejos, le ha faltado ese punto de rebeldía que tiene su delantero. Agotado también en su discurso, no hubo nada original en toda su comparecencia.
Juan Carlos Carcedo no ha sabido exprimir los recursos de una plantilla limitada desde su origen. Ha elegido esquemas que no son suyos, planes en los que nunca creyó a ciegas. Sus decisiones con el partido en marcha siempre le han dejado en mal lugar y ha descubierto también a un Zaragoza incapaz de levantarse de los golpes. Nunca supo lo que quería de su equipo, demasiado pendiente de escoger lo que le perjudicaba del rival. Ha querido construir un equipo con tantas pieles que ha acabado por no tener ninguna.
La caída de Torrecilla estaba escrita y parecía anterior a la salida de Juan Carlos Carcedo. Ahora, todo indica que ambas piezas saldrán de la mano. Torrecilla ha fracasado otra vez en la planificación de la plantilla, también como asesor de un Sanllehí que se quedará solo al mando, sin cortafuegos ni pasos intermedios. Y Carcedo nunca ha sido capaz de mejorar al Zaragoza: desnortado desde la primera derrota, vencido por el fútbol y un escenario que nunca compartió su método.
La salida de Miguel Torrecilla y Juan Carlos Carcedo parece una mera cuestión de tiempo. Carcedo será, definitivamente, una nota al pie en la historia del Real Zaragoza. El técnico riojano espera ya la sentencia de su verdugo.
Los dos se tienen que ir ya no hay que perder más tiempo, Victor Fernández de director deportivo y entrenador Paco jemes seguro que nos llevan a pelear por el ascenso. Por favor que se respete el escudo y la institución basta ya de esta gestión